Renaturalización de un parque fotovoltaico en la Depresión del Ebro        

En las últimas décadas, la superficie dedicada a energías renovables ha aumentado notablemente en muchos países europeos. En concreto, España ocupa el tercer lugar en producción de electricidad a partir de energía solar fotovoltaica. Lograr que este desarrollo sea compatible con la biodiversidad, la provisión de servicios de los ecosistemas y las prácticas agrícolas y ganaderas supone un gran reto al que la ecología y la sociedad tienen que hacer frente.
Una de las líneas de investigación del Grupo de Restauración Ecológica se centra en la evaluación ambiental y social de la implantación de parques de energías renovables, así como en proponer acciones de restauración y naturalización en los terrenos ahora ocupados por estas instalaciones.
Uno de estos proyectos se desarrolla en una de las plantas fotovoltaicas más grandes de Europa, de unas 3.000 hectáreas, que la empresa energética Galp tiene instalada en la provincia de Zaragoza, entre los municipios de Chiprana, Escatrón y Samper de Calanda.
Se trata de un programa piloto de recuperación de los terrenos degradados que compatibiliza restauración ecológica, agricultura y ganadería, con el objetivo de preservar la biodiversidad y los usos agrícolas y ganaderos tradicionales.
El objetivo fundamental del programa, que se desarrolla entre 2022 y 2024, es diseñar una metodología integrada de mejora ambiental y puesta en valor del entorno de las plantas fotovoltaicas ubicadas en Escatrón, y extender su aplicación al resto de las plantas fotovoltaicas que Galp tiene distribuidas por la Península Ibérica.

Plan de pastoreo sostenible y plantas aromáticas

En una primera fase se ha realizado un estudio cartográfico de las condiciones climáticas, así como un inventario del uso actual por fauna y flora, junto a un proyectos piloto de cultivo de plantas aromáticas y el diseño de un plan de pastoreo sostenible. Esta parte agronómica del programa se desarrolla en zonas representativas del clúster de Escatrón en el que se han plantado unas 6.700 plantas aromáticas y medicinales (lavanda, tomillo, etc.), destinadas a uso alimentario y cosmético.
En una segunda fase, se ha desarrollado un proyecto piloto de renaturalización, con el objetivo de reconstruir la flora en el espacio de la planta fotovoltaica. Además, se estudia la flora y la fauna dentro de las plantas, tanto debajo de las placas como en las zonas exteriores, para conocer el funcionamiento de estos nuevos ecosistemas y recuperar su funcionalidad.
El seguimiento de estas actuaciones permitirá ver el efecto que las placas fotovoltaicas tienen sobre procesos ecológicos del suelo, fauna (aves y artrópodos) y vegetación (cobertura y diversidad), y en la provisión de diversos servicios ecosistémicos, con la idea final de entender cómo se ensamblan los ecosistemas tras la perturbación generada por estas instalaciones.
Este proyecto se realiza junto con científicos del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) y la Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas (FIRE).

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