La despoblación rural modifica los servicios que proporcionan los ecosistemas en áreas mediterráneas

Daniel Bruno, Ricardo Sorando, Begona Álvarez-Farizo, Clara Castellano, Vanessa Céspedes, Belinda Gallardo, Juan J. Jiménez, M. Victoria López, Rocío López-Flores, David Moret-Fernández, Enrique Navarro, Félix Picazo, Miguel Sevilla-Callejo, Jaume Tormo, Juan José Vidal-Macua, José Manuel Nicolau, Francisco A. Comín

Pese al incremento exponencial de la población mundial durante las últimas décadas, este no ha sido homogéneo: mientras que las ciudades y las áreas urbanas experimentan una explosión demográfica, el mundo rural está sufriendo un proceso paralelo de despoblación y envejecimiento con los consiguientes impactos ambientales, económicos y sociales. Estas tendencias poblacionales opuestas, son especialmente evidentes en los países mediterráneos donde el crecimiento urbano de ciudades medias y grandes, especialmente en la costa, contrasta con la progresiva despoblación de las áreas rurales de interior. La despoblación suele venir acompañada de una serie de cambios en los usos del territorio y esto, finalmente se traduce en una alteración de los servicios que proveen las áreas rurales.

Los servicios ecosistémicos son los bienes y beneficios que obtiene la especie humana de la naturaleza, y pueden dividirse en servicios de apoyo o soporte (imprescindibles para la generación de todos los demás servicios del ecosistema), aprovisionamiento (productos obtenidos de los ecosistemas), regulación (derivan de los beneficios asociados a los procesos ecológicos) y culturales (enriquecimiento espiritual, desarrollo cognitivo, reflexión, recreación y experiencias estéticas).

En general, tenemos un profundo conocimiento sobre los efectos que tienen el crecimiento poblacional y la antropización sobre los servicios de los ecosistemas, pero por el contrario existe mucha menor información acerca de cómo afecta la despoblación y el abandono de tierras a los beneficios que obtenemos de la naturaleza. Pese a este menor conocimiento, hay que resaltar que las áreas rurales proveen servicios ecosistémicos esenciales, como la provisión de agua, regulación de caudales y nutrientes, materias primas diversas, valores recreativos, etc. no solo a las áreas rurales sino también a las ciudades, que suelen ser un sumidero de recursos y presentan una escasa dinámica natural y procesos ecológicos muy simplificados.

El trabajo se centra en el estudio de los cambios poblacionales (habitantes, densidad de población y número de pueblos), así como de los usos del territorio y servicios de los ecosistemas de aprovisionamiento (producción de agua, comida y biomasa) y regulación (retención de suelo, regulación de nutrientes y caudales) durante el siglo XX y principios del XXI en 3 áreas rurales de Aragón (Pirineos, Monegros e interior de Teruel) con tendencias de población negativas pero con diferentes contextos socioeconómicos y distinta evolución en los usos del suelo.

Cambios en los usos del suelo en las tres áreas estudiadas: Valle de Hecho en Pirineos (a y b) donde se observa una renaturalización; Estercuel en el interior de Teruel (c y d), que ha experimentado una diversificación en los usos del suelo;  y Monegros (e y f), donde domina la intensificación agrícola. Fuente: Bruno et al., 2021, Ecosystem Services. 

 

 

 

 

La despoblación rural aumenta los servicios de regulación

En general, la población de estas áreas aragonesas descendió a la mitad entre 1900 y 2018, siendo especialmente intensa en la segunda mitad del siglo XX. Este descenso de la población no fue espacialmente homogéneo: la despoblación ocurrió antes y más acusadamente en las zonas montañosas de mayor altitud (Pirineos), donde la cabaña ganadera extensiva sufrió una drástica reducción y la leña pasó a ser una fuente de energía secundaria, lo que favoreció la recuperación y expansión de los bosques.

La despoblación resultó relevante para todos los servicios ecosistémicos evaluados, tanto de provisión (producción de agua, comida y biomasa) como de regulación (retención de suelo, regulación de nutrientes y caudales). Pese a la tendencia general de despoblación, encontramos diferencias entre las áreas llanas, a baja altitud, de fácil acceso y suelo fértil (Monegros) y las zonas aisladas de montaña menos productivas y con una despoblación más intensa (Pirineos). En las primeras ha tenido lugar una intensificación agrícola que de manera temporal amortiguó ligeramente las tasas de despoblación y que ha traído consigo un aumento de servicios de aprovisionamiento como la producción de alimento y una reducción de los servicios de regulación (retención de suelo y regulación de nutrientes y caudales). En las segundas se ha producido un abandono de tierras generalizado y una posterior renaturalización o rewilding que ha desembocado en un destacado aumento de los servicios de regulación (retención de suelo, regulación de caudales) y de la producción de biomasa. Pese al abandono de tierras, la modernización y la selección de las áreas más productivas para la agricultura mantuvo relativamente estable la producción agrícola en esta zona montañosa.

Representación idealizada (basada en fotografías) de los cambios de usos del suelo en Pirineos, interior de Teruel y Monegros, respectivamente. Fuente: Bruno et al., 2021; Ecosystem Services.

 

La importancia de los usos del territorio en mosaico

Los factores socioeconómicos, el capital natural y las políticas agrarias condicionan la provisión de servicios ecosistémicos en un contexto de despoblación que, como acabamos de ver, también puede ocurrir en áreas con usos del suelo intensivos.  Dados sus elevados costes ambientales (homogeneización del paisaje, degradación del suelo, contaminación del agua, pérdida de biodiversidad, etc.), la intensificación agrícola no parece una estrategia efectiva y sostenible para fijar población a largo plazo. Además, esta estrategia implica el uso de recursos externos cada vez más escasos en el ámbito mediterráneo y global como son el agua (trasvases), los fertilizantes de síntesis (derivados del petróleo) o la energía (ya sea en forma de electricidad o de combustibles fósiles para maquinaria agrícola). De hecho, en el estudio hemos detectado un aumento de la producción de agua en estas zonas que podríamos catalogar como “artificial”, al ser consecuencia de la construcción de un trasvase desde los Pirineos a Monegros para poder desarrollar esta profunda transformación en los usos del suelo.

Por otro lado, aunque la despoblación ayuda a recuperar algunos valores naturales, hay que tener en cuenta que también aumenta el riesgo de incendio al crearse nuevas masas forestales muy homogéneas y densas. De producirse, tendría efectos catastróficos sobre los servicios ecosistémicos de todo tipo, revirtiendo los beneficios observados. En este contexto, lograr que las áreas rurales presenten usos del suelo en mosaico puede proveer servicios ecosistémicos complementarios que ofrecen diferentes alternativas y beneficios para sus habitantes, lo que puede ayudar a implementar políticas exitosas para frenar la despoblación en zonas rurales mediterráneas.

En el actual escenario de cambio global, se hace necesario tener un conocimiento profundo de las relaciones entre demografía, usos del suelo y servicios de los ecosistemas para construir una alternativa viable y prometedora para las áreas rurales, que refleje tanto el componente social como ambiental. Para ello, se antoja imprescindible dirigir las políticas y la gestión ambiental a la fijación sostenible y duradera de la población rural que permita paisajes multifuncionales y una provisión balanceada de servicios ecosistémicos.

Artículo completo: Bruno, D., Sorando, R., Álvarez-Farizo, B., Castellano, C., Céspedes, V., Gallardo, B., … & Comín, F. A. (2021). Depopulation impacts on ecosystem services in Mediterranean rural areas. Ecosystem Services, 52, 101369. https://doi.org/10.1016/j.ecoser.2021.101369